Entre esa búsqueda de temas que
trasciendan las fronteras de nuestro Panel, aterrizó en una costumbre perdida, de esas tradiciones que identifican o
identificaban a los pueblos de la América ancestral. A nuestros queridos
lectores, les confieso mi pasión por
temas característicos de nuestros
antepasados, evocar y reconocer
las diferentes manifestaciones culturales que por fuerza de la modernidad han
ido desapareciendo en algunos lugares; hago referencia a “la Chicha” bebida
tradicional que va ligada a la existencia de
ese pasado indígena.
Países como Perú, Argentina, Bolivia,
por mencionar algunos conservan y han
hecho de ella un símbolo. A pesar que en
nuestro país su consumo ha bajado ostensiblemente, aun podemos encontrar,
sobretodo en el interior, lugares que mantienen viva ésta práctica.
Lamentablemente no podemos decir
lo mismo en el Caribe Colombiano, donde nuestra memoria se pierde de vez en vez
y danzamos alrededor de modas aprendidas de otras culturas.
La elaboración de esta bebida muy arraigada en mi pueblo natal,
Tubará (atlántico) hace unos 30 años atrás, en sus diferentes presentaciones, de yuca, de maíz, de millo, de ahuyama era un
elemento esencial en las casas, envasadas al natural en tinajas de barro o en
calabazos (recipiente hecho con totumo), las mantenían
con una temperatura agradable al gusto del visitante, endulzadas con
panela o con azúcar, se fue esfumando para siempre. Difícilmente ahora nos
tomamos un vaso de chicha, pues las nuevas generaciones han avanzado hacia un mundo simplista y sin
historia, que no saben cómo se pila o se cocina el millo o el maíz. La gaseosa
y los refrescos instantáneos reinarán para siempre, recordaremos con nostalgia este
producto herencia también de los abuelos, claro los que tuvimos la fortuna de
consumirla y valoraremos las características naturales que ella nos ofrecía… cero celulitis!!!!!!
Isabel Vargas Lara
isabel.vargaslara@gmail.com
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