A propósito del atentado contra el ex ministro del
interior Fernando Londoño, en la que el
saldo son dos personas muertas y muchos heridos, no deja de preocupar las noticias que a diario registran los medios de
comunicación, teñidos de rojo profundo, muestra
lo que se vive muchas ciudades
Colombianas, tras fallidos intentos de encontrar un camino a la tan anhelada
paz.
Resulta triste pensar que mientras se debate un estudio para
el marco jurídico de la paz estos hechos ocurran sin que se pueda hacer nada;
impotencia y dolor sentimos los colombianos que creemos en un país de oportunidades. Guerrilla, paramilitarismo, narcotráfico, son
los principales detonantes de esta guerra absurda y como si fuera poco hay que
sumarle la corrupción en el seno una sociedad
oligarca.
Más allá de esta
violencia que parece no tener fin, crece en los barrios como una realidad
oculta al lado de esas familias
desintegradas, en abandono y miseria, el flagelo de la droga y de la
muerte; quienes por necesidad o
resentimiento de manera inconsciente permiten las condiciones para que sus hijos desarrollen los estereotipos de personajes
idealizados como Pablo Escobar, ellos presas fáciles de reclutar para este
tipo de “trabajos” delincuenciales, cargan sobre sus espaldas las infamias de
una sociedad poco equitativa . Preocupa
que estos actos durante los
últimos años tengan como protagonistas niños y jóvenes.
Colombia es el país
de la leyes y los códigos, en su mayoría
convertidos en letra muerta, cada quién
hace lo que quiere a nombre de la democracia.
En esta semana se celebró el día de la familia, pensemos en el
significado, unidad, amor, respeto y confianza, esa es la labor desde el núcleo
familiar, aprovechemos las herramientas que tenemos al alcance y seamos
soldados del amor y de la unidad. Nosotros, desde una institución tan valiosa e importate también podemos ayudar!
Isabel Patricia Vargas
isabel.vargaslara@gmail.com
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