Luego de estar conectados día entero a internet e incluir en nuestra vida acciones cotidianas relacionadas con la red, resulta casi imposible no acudir a los motores de búsqueda para encontrar respuestas. Antes había que levantarse de la silla, encontrar un folder, revisar un libro impreso, desempolvar papeles y quien sabe qué otras cosas que nos llevaban tiempo. Es cierto, tener un buscador como Google lo facilita todo.
Por eso cuando llegamos a un lugar donde no se puede acceder, hay un bloqueo mental. Algo así se puede vivir cuando una persona del mundo occidental resuelve viajar a China y se da cuenta que no solo son las diferencias culturales y socioeconómicas, sino las virtuales.
En China se puede acceder a internet, claro, pero la solución a la mano que nos tiene Google al instante ya no está tan cerca. Eso se debe a la censura y controles de internet en este país. En el 2010 Google cerró su motor de búsquedas en China para no tener que cooperar con la censura aplicada por el gobierno. Es así como los internautas en China continental ven el portal en mandarín que tiene base en Hong Kong pero la conexión se corta si se usa términología que tiene censura.
En la actualidad, Google está trabajando para mejorar la técnica de su buscador e incluir sugerencia de palabras alternativas que recibiría el usuario en China para evitar la interrupción de su navegación a causa de la censura. Se superan las fronteras en el mundo 2.0.
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