Tradicionalmente, en la madrugada del 8 de diciembre encendemos velitas en los frentes de nuestros hogares, significando con ello nuestra devoción a la Virgen María.
Algunos, equivocadamente, acompañan esta fiesta con música estridente, exceso de licor y otras acciones indebidas, convirtiéndose ésta en una celebración más pagada que religiosa.
La Arquidiócesis de Barranquilla propone a todos los hogares atlanticenses celebrar cristianamente y en familia la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, así:
· Motívese una reunión familiar en la que no falte una imagen de la Virgen María y, como de costumbre, que se enciendan las velitas cubiertas con faroles de colores.
· Mientras se colocan las velas, se pueden ir rezando los misterios gloriosos del Santo Rosario. Este rezo se puede ofrecer a la Virgen pidiendo su intercesión por la Iglesia, por los gobernantes, por la paz y por todas las necesidades de la familia.
· Finalizado el Rosario, se lee el Evangelio de San Lucas: capítulo 1, versículos del 26 al 38. Seguidamente, se puede comentar lo que se entiende de este texto bíblico y la forma como se puede aplicar a la vida de cada uno de los que están presentes en la reunión.
· Se finaliza con una oración de agradecimiento a Dios por la reunión familiar realizada en torno a María Santísima.
8 de diciembre: Solemnidad
El domingo 8 de diciembre es solemnidad, es día de precepto y los católicos están obligados a asistir a la celebración eucarística.
Erick Sojo
Delegado de Comunicaciones de la
Arquidiócesis de Barranquilla.
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