En esta nota me remito a dos roles que practico con gusto, uno más estresante que otro pero me ayuda el gran amor que toda mamá siente por sus hijos. La escribo motivada por un articulo que acabo de leer en la mañana.
Como comunicadora social - periodista diría que la mejor manera de educar a los hijos para que tengan un gusto por el colegio es la elección de un colegio que les proyecte seguridad, alegría y motivación, la identificación de una profesora carismática y amorosa, la revisión que la institución escolar esté acorde con los intereses de los padres. Desde ese punto de vista la imagen e identidad de un Centro Educativo se alinea con los objetivos que los padres tienen y eso se refleja en la alegría que todos sienten hacia la etapa escolar.
Como madre expresaría que en la práctica he podido vivir que está relacionado ese gusto por aprender desde bebé. Con mi hija experimentamos, mi esposo y yo, una práctica que permitió sentirnos orgullosos porque a los 2 años, leía textos como una niña de 4 años de edad y sin dificultad. Precocidad? Tal vez, pero esto tiene algo más de fondo y es la relación que establecemos como padres con nuestros hijos en la actividad diaria. El mayor momento de alegría de ellos es cuando descubren cosas nuevas, así que desde los 10 meses de edad, nuestra pequeña veía un archivo en el computador con palabras relacionadas a imágenes y le celebrábamos cuando balbuceaba o reconocía las palabras sin fotos en un cuaderno o momentos distintos. Su logro, era su fiesta, era nuestra fiesta.
Hoy día, aprender algo nuevo, es para ella la mejor y mayor aventura. Sin temores ni preocupaciones. Sigue siendo una celebración como cuando era bebé y está cursando transición. No hubo trauma para entrar al colegio, ni los hay para levantarse temprano, tampoco para el cambio de maestra, y espera con tamaña emoción los días de escuela como los fines de semana.
La atención adecuada y el amor sobrepasa cualquier frontera del conocimiento y el aprendizaje.
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