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miércoles, 14 de julio de 2021

El Girasol y la historia de una diosa que se enamoró del sol


Las cuentas de usuarios de redes sociales del Caribe colombiano se han "polinizado" de imágenes de girasoles en el Atlántico.  El amarillo de los pétalos en contraste con la cantidad de florecillas en su centro es una belleza de la naturaleza. Si sobresale cuando está sola, imaginen cuando son miles y miles en un campo. ¿Crees que estás viendo una flor? nada, son muchas flores al tiempo. Esto y mucho más hace especial el girasol, comenzando por el origen de su nombre.

La mitología griega habla del mito sobre una joven ninfa del agua llamada Clytie, hija del dios Océano y de la diosa del mar Tetis (Titanide). Ella se enamoró locamente del dios de la luz y el sol, Apolo. Cuenta la historia que su amor era tal que todos los días seguía su recorrido desde que salía de su palacio por la mañana, hasta que llegaba al atardecer por el oeste. Y así, todos los días, con sus ojos enamorados hacía el mismo recorrido llegando a olvidarse de sí misma, dejó de comer y de beber. Tanta quietud la hizo echar raíces y se convirtió en un girasol. Una flor que más allá de expresar el amor leal de Clytie hacia Apolo, también nos muestra el maravilloso contraste visualmente hacen en el entorno donde crecen y para la biología el movimiento que realiza llamado "heliotropismo" que no deja de ser una intriga. Mientras tanto los mitos hacen su labor con dar explicación a aquello que el ser humano no logra entender. 

Pendales, Luruaco, Atlántico (Colombia).
Foto Archivo Secretaria Cultura del Atlántico
Si para la diosa no existió fronteras cósmicas, para la flor que dio origen a su mito tampoco. Su semilla se ha esparcido por todo el planeta. Hay bellos campos de girasoles en México, Argentina, Uruguay, Chile, Ecuador, Paraguay y Norteamérica; también en España, Francia y otros países de Europa. Ese maravilloso paisaje ahora también lo gozamos en el Caribe colombiano, en enero de 2021 se dio en tres hectáreas de terreno con 180 mil brillantes girasoles en San Jacinto, Bolívar y ahora en Julio del mismo año en Luruaco, departamento del Atlántico. Alfredo Villadiego, promotor de la iniciativa de esta siembra habla de  bioturismo, es decir, un turismo de observación, una opción saludable y de bienestar bioemocional ligado a la contemplación de paisajes o monumentos y al tiempo libre, Sin duda la mejor medicina para luego de un año de pandemia cuyo mejor vacuna y medicina son pensamientos de luz, esperanza, movimiento, brillo y vida como explica Luis Fonsi su composición "Girasoles".

Los campos de flores, en especial de los girasoles en el Atlántico, tienen un mensaje en este momento. Posiblemente una lección de girar hacia la luz, como respuesta al estímulo de oscuridad que nos ha acechado con la existencia de la pandemia. Una oportunidad de girar hacia la sabiduría de la vida y la naturaleza. Es bueno saber que esa orientación  según la posición del sol sólo se manifiesta cuando la planta es joven porque cuando madura ya no gira y se queda en una posición fija mirando hacia el Este, según los entendidos responde al reloj interno de los girasoles.

Girasoles en el Atlántico

Pendales, Luruaco, Atlántico (Colombia).
Foto Archivo Secretaria Cultura del Atlántico
Mentiría si no les digo que me animé a escribir sobre esta flor luego de ver la gran cantidad de imágenes de atlanticenses que invirtieron el fin de semana en la contemplación de la naturaleza. Lejos de esos paisajes de arena y calor, hoy el departamento suma entornos sanos de lagunas, ciénagas, malecones, río, lomas y vegetación vistos con otros ojos. Ojos que han podido encontrar prioridades en la vida y la relación con la naturaleza. Aunque solo vayan para tomarse la foto, ya es una ganancia sin que ellos mismos se den cuenta.

Es una forma de apreciar cuánta riqueza cultural y geográfica tenemos y cómo ver hacia el interior de nosotros favorece a nuestra salud. Recuerdo bien las veces que cuando pequeña recorría las vías del departamento y era deliciosa la brisa de la carretera en bus o en vehículo particular, sólo agobiaba el sol de mediodía, pero siempre resultaba un paseo de nuevos sabores y cuentos de la familia que aún permanecía en los pueblos.

Una gran noticia es que no sólo será estos 20 días en Luruaco sino también otros más en el municipio de Baranoa, otro en la Cordialidad, por el corregimiento de Pital de Megua y otro en la finca Buenos Aires, en Malambo, a un costado de la Circunvalar de la Prosperidad con intersección a la vía Caracolí. Con ese recorrido polinizador del Atlántico se abre una ruta de Bioturismo para la salud de los atlanticenses con todo un ciclo de belleza y contemplación para los seres humanos y vida para los insectos. que atraen. 

Si se desplaza desde Barranquilla, la autopista al mar es una opción (Puerto Colombia, Santa Verónica, Galerazamba y en Santa Catalina se desvía hacia Luruaco) y la otra la vía es pasando por Juan Mina, Tubará, Piojó, la vía de Hibácharo hasta llegar a Luruaco. Lo interesante es que la ruta que escoja lo obliga a hacer ese giro al sol que aún los biólogos no logran comprender y que hace florecer a tantos girasoles en el departamento este año.



La visita a Pendales, Luruaco, no solo queda con el recuerdo de las fotos, también la posibilidad de sembrar semillas en maceta o en jardines de la casa. Entendiendo el comportamiento de la planta, así deberá, quien decida plantarla, tener sus cuidados.

Primero, antes de plantar la semilla, tome una buena decisión en relación con el sol por su estrecha relación con él. Después de florecer necesita de riego constante si hay mucho calor.  Siembra las semillas com una distancia mínima de 10-13 cm y 1,3 cm de profundidad en recipientes. Si el recipiente es pequeño, no debe ponerse más de un par de semillas. Selecciona bien la tierra que vas a usar y procura que esté húmeda para plantar las semillas. Luego de 8 a10 días las verás brotar. Recuerda, no olvides colocar el recipiente en un lugar asoleado.

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